Una baja humedad relativa tiene efectos nocivos tanto sobre las personas como sobre los objetos. Durante los meses de invierno a medida que disminuye la temperatura exterior también disminuye abruptamente la humedad relativa interior al calefaccionar los ambientes.
(La cantidad de agua que un metro cúbico de aire puede retener varía con su temperatura, aumentando a medida que la temperatura del aire aumenta. Esto se debe al hecho de que el aire se expande a medida que se calienta y se contrae a medida que se enfría. De acuerdo con esto, mientras que 1m3 de aire a 23ºC puede retener 21,2g. de vapor de agua, el mismo m3 de aire a 0ºC puede retener sólo 4,5g. de vapor de agua. Por lo tanto si se tiene 1m3 de aire a 0ºC y 70% HR (3g.) y se aumenta su temperatura a 23ºC sin agregar vapor de agua, terminará con: 3g. / 21,2. = 0,14 (14% HR). Esta condición resulta muy similar a la del desierto del Sahara, la cual ronda el 12% HR. Por supuesto que esto está muy por debajo de los mínimos recomendados).
Esto tiene efectos devastadores tanto en las personas: nariz y gargantas resecas, ojos llorosos, aumentan los problemas de asma, proliferación de bacterias en el aire; como para las distintas industrias: papelera, textil, alimenticia, laboratorios, oficinas, museos, etc. al aumentar las descargas electrostáticas o aquellas relacionadas con materiales higroscópicos (materiales que absorben agua).
La única forma de evitar estos problemas es estabilizando el ambiente o controlando la humedad relativa. Esta es una de las razones por las cuales el control de la humedad relativa se está convirtiendo en una parte muy importante de la calidad del aire interior. Esto quiere decir deshumidificar cuando el aire es muy húmedo y humidificar cuando se seca demasiado.
La Humedad no es otra cosa que el vapor de agua presente en el aire.
La Humedad Relativa, en cambio, es la cantidad de agua que se encuentra en el aire a una determinada temperatura, con respecto a la cantidad máxima de vapor de agua que el aire puede contener a esa temperatura en condiciones de saturación.
A 21°C, 1 kg de aire seco puede contener hasta un máximo de aproximadamente 15,8 gramos de vapor de agua, que equivalen al 100% de Humedad Relativa (H.R.).
La cantidad de agua que el aire puede retener cambia en función de la temperatura y crece al aumentar la temperatura del aire. En consecuencia, mientras 1 kg de aire seco a 21°C puede contener hasta 15,8 g de vapor de agua, la misma cantidad de aire a -18 °C puede retener solamente unos 0,92 gramos de vapor de agua.
Refrigerando 1 kg de aire seco a 21°C con el 50% de H.R. (aproximadamente 7,9 gramos), se alcanza la saturación (100% de H.R.) a 9,5°C. Viceversa, aumentando la temperatura de 1 kg de aire seco -18°C con el 100% de H.R. (aproximadamente 0,92 gramos) sin añadir más vapor de agua, a 21°C se conseguirá el 6% de H.R.( 0,92/15,8 = 0,06).
¿POR QUÉ EL AIRE SECO REPRESENTA UN PROBLEMA?
Cuando la temperatura externa baja a un valor menor que la interna, el aire frío y húmedo que entra en un edificio calentado se convierte en aire caliente y seco.
Eso ocurre porque se desarrolla un fenómeno de reequilibrio de la humedad entre los objetos que se encuentran en el interior del ambiente y el aire con que entran en contacto.
La reducción de la humedad del aire es responsable de problemas muy conocidos, como: sequedad de las principales vías respiratorias; fisurado de las estructuras de madera; descargas electroestáticas.
También un sistema de acondicionamiento o de refrigeración puede causar el aumento de la sequedad del aire, porque actúa enfriando el aire a un valor inferior al punto de rocío, eliminando la humedad (deshumidificación) y sucesivamente calentándola.
Punto de rocío: es la temperatura que el aire húmedo debe alcanzar (manteniendo constante la presión y la humedad) para condensar (saturarse).
Deshumidificación: proceso a través del cual resulta posible disminuir o eliminar la humedad del aire.
¿ENTONCES, POR QUÉ HUMIDIFICAR?
La necesidad de humidificar un ambiente es determinada por algunas características:
1. Materiales higroscópicos
Si se toma del ambiente externo un pedazo de madera en equilibrio con el contenido de humedad que se encuentra en el aire y se lo lleva a un ambiente calentado y con un contenido menor de vapor de agua, la madera empieza a ceder parte de su humedad al aire seco del ambiente. Al perder la madera su humedad, se “encoge” causando la formación de grietas o deformaciones. El mismo daño se puede detectar en el papel, en los tejidos, en algunos materiales plásticos, en la cera, en las frutas y en las verduras y en otros materiales que tienen la propiedad de absorber y ceder la humedad.
Se define higroscópico todo material que tiene las células que absorben el agua, causando una variación de sus dimensiones. De tipo diferente es la absorción hidrófila, que consiste en la absorción de agua entre las células, de la cual NO deriva ninguna variación de las dimensiones. Los materiales higroscópicos siempre tienden a alcanzar un equilibrio con el ambiente que los rodea. Es justamente la variaciones de las dimensiones de los materiales, debida a un cambio de la humedad relativa, que puede condicionar la manejabilidad de los materiales y los procesos de elaboración, hasta en mayor medida que la temperatura.
La protección de los materiales higroscópicos se puede garantizar solamente mediante la estabilidad del ambiente en que se han colocado. Este objetivo se consigue mediante la deshumidificación cuando el aire se convierte en aire demasiado húmedo y mediante la humidificación cuando el aire está demasiado seco.
higroscópico: se dice de sustancia o cuerpo que puede absorber la humedad del aire y que por efecto de eso cambia de dimensiones.
hidrófilo: se dice de sustancia o cuerpo que puede absorber la humedad del aire sin que cambien sus dimensiones.
2. Electricidad estática
La electricidad estática se reduce notablemente cuando la humedad relativa se mantiene a un valor más alto del 35%. Existen muchos sectores industriales que son especialmente sensibles a este problema.
3. Bienestar y comodidad
En la compleja sociedad moderna el bienestar y la comodidad asumen una importancia crucial. Una correcta humidificación, además de reducir el polvo en suspensión, permite a quienes se encuentran en ambientes cerrados respirar bien sin los problemas que derivan de la sequedad de las principales vías respiratorias. Además, la reducción de la evaporación cutánea que resulta de una correcta humidificación, altera la sensación de frío y permite como consecuencia bajar la temperatura de los locales, permitiendo de esta forma un ahorro en los gastos de calefacción y limitando la dispersión del calor entre el ambiente interno y el externo.
Principales vías respiratorias: con este término se indican los órganos externos de la respiración (nariz, boca, garganta).