El control de la temperatura y la humedad tiene un papel fundamental en los museos y, más en general, en ambientes que prevén la conservación en el tiempo de obras de arte y objetos preciosos.
Un cuadro está generalmente constituído por un bastidor de madera, un marco y una tela (o base de madera) sobre la que se extiende la pintura: son materiales higroscópicos, que cambian de dimensión cuando la humedad relativa del aire varía. Esto puede causar grietas en la pintura, e incluso despegarse del soporte, dañando de forma irreparable la obra.
También las obras en madera sufren los cambios en el nivel de humedad. En particular, valores demasiado bajos de humedad pueden causar grietas que comprometen la calidad y la conservación íntegra. Del mismo modo, los pergaminos pueden deformarse, o incluso presentar fisuras causadas por un aire excesivamente seco.
El mismo principio vale para la conservación de los libros en bibliotecas y archivos. El papel usado en las páginas y las cubiertas es también higroscópico, suelta o absorbe agua en función de la humedad del ambiente, y tiene por tanto tendencia a contraerse o expandirse. En particular, valores bajos de humedad pueden provocar deshidratación y rotura de papel y pegamento.
Para garantizar una óptima conservación de los libros, la temperatura ambiente debe estar entre 18-20ºC y la humedad relativa en torno al 60-65%.
La humedad relativa también afecta al personal confort. En invierno, el sistema de calefacción de un edificio incrementa la temperatura del aire y consecuentemente reduce la humedad relativa, incluso por valores por debajo del 20%, aire seco. Como resultado, los ocupantes sienten la piel seca en manos y labios. Además de estas sensaciones negativas, también hay consecuencias en la salud. El sistema respiratorio es de hecho sensible al aire seco: las mucosas nasales y la garganta se secan, lo que nos hace más vulnerables al contagio por las enfermedades típicas invernales.
El control de la humedad relativa tiene importantes repercusiones en la salud y confort de visitantes y trabajadores en museos y bibliotecas. En los teatros, los efectos no incluyen solo el bienestar de espectadores y la preservación del mobiliario de madera, sino también el rendimeinto de artistas e instrumentos musicales.
CAREL ofrece una amplia gama de humidificadores y controles, ideales para el mantenimiento de los niveles correctos de temperatura y humedad en museos, bibliotecas o archivos. La gama incluye precisos y fiables humidificadores de vapor, así como humidificadores adiabáticos, los cuales, además de tener un alto rendimiento y un bajo consumo de energía, pueden humidificar y enfriar el aire al mismo tiempo.
Mantener el correcto nivel de humedad significa: